24 de julio de 2017

IM Vitoria'17

Rendirse no es una opción


Llegaba a Vitoria con los deberes hechos, tras la rotura del pie a finales de diciembre y escayola hasta primeros de Febrero. Había hecho todo lo que el míster me había pedido y aunque para mí lo del pie no era una excusa, sabía que iba corto de entrenos pero por otra parte sabía que lo tenía en las patas. 
Desde dos semanas antes tenía la confianza de que iba a acabar este IM, esa confianza que no se dice pero que se siente, esa seguridad de quien sabe que le costará más o menos pero  que lo va a conseguir y esa motivación del que va a acabar la prueba,…. pero quizás me vino demasiado pronto y no aguanté la motivación esas dos semanas.
Por trabajo tuve que volar a París la semana antes y la semana del Ironman y eso me rompió la concentración. A una prueba de esta tamaño hay que llegar con un poco de “hambre” de competición y quizás a mí me faltó.
Los días previos a la prueba fueron perfectos, Clara y yo llegamos a Vitoria el viernes y tranquilamente nos fuimos a darnos un homenaje al Matxete en Vitoria y gastar en la expo cuando recogimos los dorsales. 
El día previo hicimos una muy buena logística para evitar estar muchas horas de pie el día antes de la carrera, las cenas y comidas las tuvimos muy sincronizadas, tanto que llegaba a la línea de salida  relajado y sin esa chispita que hace falta.

Pero esa chispa se activa en el momento que está rodeado con 1.200 tíos listo para meterse al agua y empezar una de las prueba más duras que se puede hacer. En ese momento soy consciente de donde estoy, donde he llegado y lo mucho que me ha costado llegar hasta aquí. Durante los 5 meses de preparación no tuve nunca ni una duda de que no iba a llegar a estar en esta línea de salida, no estaba en los planes, nunca se me pasó por la cabeza no estar ahí, no pensé no estar ahí y el no tener dudas hizo que no existieran preguntas ni pensamientos negativos.
Entre un pensamiento y otro llega la salida, cuenta atrás y salimos al agua. Más de mil tíos en el agua, con la adrenalina a tope y con ganas de hacerse un hueco en el agua no son la mejor compañía,…. Busco mi hueco, como siempre por el exterior, prefiero hacer algunos metros de más que entrar en una guerra que puede reportarme más golpes que beneficios, más consumo de oxígeno y fuerzas , que ganancia de tiempo,… esto es muy largo y no hay que decidirlo en los primeros 500 m.
Nada más empezar a nadar comienzan los problemas, molestia fuerte en el hombro izquierdo. Por alguna razón que desconozco, llevo un tiempo con el hombro tocado, no sé por qué y no consigo solucionarlo. La semana anterior fui al fisio y la tarde anterior Rafiky me puso un kinesio para sujetar la zona, pero no iba bien.
Nado con molestia, a veces con dolor y los primeros mensajes negativos llegan a la cabeza. Sé lo que es y lo que puedo soportar, así que sigo nadando esperando que se vayan los dolores, que la carrera me quite ese pensamiento negativo con el paso de lo metros. Así es, a la llegada de la primera boya , estoy más pendiente de no llevarme golpes que de otra cosa por lo que el dolor del hombro en un momento dado desaparece para no volver más.
El paso por la primera y segunda boya me reporta un par de bueno golpes, nada que no me saque de la carrera y no me haga más que ratificar mi estrategia, “por fuera y sin golpes”.
Salgo de la primera vuelta de agua (1.900m) y veo 36’ en el crono, todo bajo control y sobre el tiempo esperado. Me da tiempo a saludar a Clara y a la peña keniata que ha venido a verme. Me vuelvo a poner las gafas a por la segunda vuelta.
Esta vuelta es más tranquila, con menos golpes y algo más limpia para poder nadar. El paso por la playa me da fuerza y me hace pensar en otras cosas durante algún tiempo, eso y que es la última vuelta me hace pasar lo metros con otra alegría, sabiendo que es la última vez que pasaré por eso punto.
Salgo del agua sobre 1h14’, segunda vuelta sobre 38’, todo bajo control y según la estimación que hice antes de la carrera.
Llegada a la campa para cambiarse de ropa, un montón de gente, me hago hueco, me cambio a la vez que charlo con los de al lado, me pongo las cosas y a por la bici.
Para mí un Ironman es hacer 180kms en bici, el resto es adicional. Sólo hacer 180kms en bici ya me parece la suficiente burrada como para considerar hacer luego un maratón. Pero, ¿cómo se hace eso?, sin pensar, si piensas …. Pierdes, si por un momento te pones a pensar las distancias que son te entra vértigo y no lo haces, si haces caso a todas las personas que te dicen que es una locura, un imposible, harías como ellos …. no lo intentarías, por eso lo mejor es no pensar y hacer la prueba paso a paso.
Y así comienza mis 180kms en bici, mi gran reto, otra vez a por 6h-7h en bici…y aunque parezca mentira, este año no me aburrí,… me pasaron muchas cosas, pero a diferencia de otras veces no me aburrí, lo cual lo considero un éxito.
La idea era plantear un IM a 170-175vatios normalizados. Sabiendo que la ida a Salvatierra sube, por lo que podrían subir los vatios, y la vuelta a Vitoria en bajada debería bajar.
La parte de Vitoria a Landa, era otra vez subida, pero tenía claro que esa era de plato pequeño y no gastar fuerzas innecesarias.

Las primeras dos horas bajo el plan, 173NP, esto marcha. Como y bebo lo que me toca. Llego a Vitoria con una media espectacular, sé que voy deprisa pero los vatios van bien, Clara me grita que baje el ritmo que voy deprisa,….lo mismo pienso, pero por ahora vamos según lo previsto. A partir del kms 60 me empiezan a sobrar los kms.  Ha estado bien esta vuelta, me lo he pasado bien, pero encarar la subida a Landa me hace pensar lo mucho que me queda. No voy mal ni de ritmo ni ve vatios. Las piernas me responden pero quiero llegar, es de coco. La tercera y cuarta hora es una lucha para no irme de la carrera. Voy bien, pero quiero llegar. 
Quizás el sol, el viento que se ha levantado o la suma de kms hacen que la prueba se endurezca. Los que estamos dentro no nos damos cuenta, pero poco a poco todo va desgastando un poco. 
Un Ironman es una prueba de desgaste, en la que poquito a poquito vas perdiendo las fuerzas hasta que te quedas sin ellas.
Al llegar a la cuarta hora voy con una media por encima de 30km/h y unos vatios normalizados de 168NP,algo impensable, eso me motiva me motiva mucho, pero llevo luchando 2 horas por no irme de la carrera y eso desgasta mucho. 
Necesito parar y en Lubiano, me paro a llenar el bote de agua, sólo por el hecho de bajarme de la bici y estirar las piernas, a los pocos kms esta Vitoria y ya tengo decidido que me voy a para a hablar con Clara 3’.
Llego a Vitoria y está toda la peña keniata junta y me paro a hablar con ellos. Necesito hablar y contar como me va. Me quedan 55kms más o menos , les digo que vayan a Vitoria  que en 2 h llego, nos contamos 4 cosas, nos reímos un poco y tiro para la última parte de la bici.
Esta última vuelta se me hace bola, me cuesta llegar a Landa por última vez, he comido y he bebido bien. Me conozco el recorrido y eso me va motivando, “metas cortas” me digo, y poco a poco voy llegando a los pequeños hitos que me he marcado, y como estrella principal está la cuesta de Maturana, 300m al 10%, que supero con más facilidad de la que me había pensado. Cuando corono, grito”¡¡Toma!!! Ya está “ sé que lo que queda es bajada, rollo pero bajada. 
El último paso por Lubiano se me hace más pestoso todavía, pero ya es el último y de ahí al Buesa Arena son 4kms y luego 3 de callejear por Vitoria.
Miro al crono dos o tres veces y no me lo creo, voy a bajarme a correr por debajo de las 7h30’ de carrera,  hago cálculos y todos son positivos, los vatios normalizados ya han bajado a 158, pero el tiempo es bastante mejor de lo esperado. Llevo 4 horas luchando para no irme de la carrera y lo he conseguido, he vuelto a llegar a Vitoria, he vuelto a hacer 180kms,…. Ostras!! Que bueno!!.
Dejo la bici, no me ha dado tiempo a quitarme las zapas así que me las quito para andar mejor. Este año hay mucha más animación en la bajada de la carpa, se nota que he ido mejor y eso me anima muchísimo.
Llego a la carpa y me siento, “uff!!! Qué bueno”. Voy contento, sé que voy bien y me tomo mi tiempo para cambiar de zapas, ponerme dos calcetines, tomarme un gel y salir a correr.
Y salgo a correr,…. “más despacio de lo que consideres despacio”…esa es la frase que me digo, 3-4 kms a ritmo bajo y luego ya veremos.
Salgo a las calles de Vitoria y es algo espectacular, hay que vivirlo, color, luz, sonido, gente, más gente, más gritos,.. sales y de las calles principales gente en los bares haciéndote pasillo, más gritos más gente,.. y yo allí, me emociono, ya con menos gente bajo ritmo e intento bajar las pulsaciones, llego al primer avituallamiento,  ando para beber tranquilo y emprendo la marcha…. Pero hoy algo no marcha.
Paso por el Parque de la Florida saludo a la peña Keniata, oigo los gritos de Pequis,… pero sé que hoy va a ser el día muy largo.

Medio corro ando por los avituallamientos, tomo gel, tomo coca-cola pero llevo 4 horas en bici luchando por no irme y sólo pensar en otras 4 horas se me hace eterno, hago el paso por la parte de meta otra vez pero sé que hoy no es el día, llevo 11 kms y ya me pesan las piernas, al juntarme con Clara le lanzo el mensaje de lo que iba a ser mi carrera “llego, me va a costar más de lo normal, pero llego”.
Ese mensaje es el preámbulo de una carrera contra todo.  
Empiezan los dolores de estómago que no me permite correr, comienza las negociaciones  corro hasta el siguiente avituallamientos, siguen con las de 1 kms andando 1 corriendo y acaban con las de corro en las bajadas,… el único momento en el que no me permito andar es por el paso de Vitoria (quien va andar con semejante público!! ) , el mensaje al cruzarme con mi gente es el mismo, “me va a costar pero llego”…

Probablemente todo el mundo iría parecido a cómo iba yo, pero en esos momentos sólo te ves a ti, a ti mismo hundido, sin fuerzas, horas y horas de entreno para acabar andando, miles de mensajes negativos sobre tu cabeza. Cuando entrenas un Ironman te ves corriendo, esforzándote , luchando, disfrutando ,con una sonrisa… pero no tan hundido como estás en esos momentos. Pero esos momentos son los que determinan si realmente quieres conseguirlo o abandonar, si quieres luchar o retirarte, si quieres seguir o dejarlo,….y rendirse nunca fue una opción.

Durante esas horas se producen momentos que no se olvidan, a mi gente apoyando en cada vuelta, a Clara corriendo para animarme por todo el recorrido, el abrazo con Carlitos cuando iba en su última vuelta, la conversación con Alberdi intentando tirar de mí, los ánimos de Rafiky para correr con él unos metros, el abrazo con Augusto y Anrock antes de llegar a meta, la foto con Armando, la espera de mi peña Keniata,…. todo vale para llegar, para no rendirse , para no dejarlo,… la verdad es que no había fuerzas para más pero no podía rendirme.
Sobre el kms 36 de la maratón se pone a llover,  a llover fuerte y me empieza a entrar frío,… “su puta madre!! “, y me digo ,” no me jodas, a ver si ahora me va entrar una hipotermia y no voy a poder acabar”.
Esa lluvia se ha llevado a parte de la animación que quedaba, los que quedamos en el circuito ya somos pocos, somos los más débiles de cuerpo pero los más fuertes de mente, somos los que no nos rendimos aunque las cosas vayan mal,…
Hace tiempo se fue el sol, el color, los gritos y parte de la gente pero ahí seguimos persiguiendo esa línea de meta que parece que no llega. La gente te sigue animando, pero son los ánimos de quien se va a casa, se empieza a hacer de noche pero no encienden las luces, el suelo esta mojado y llevamos más de 12h en esto.

Mi cuerpo no dijo basta siguió luchando hasta el final, mi mente nunca se rindió porque rendirse nunca fue una opción,… y tras más 13 horas llegamos a esa línea de meta.


Esa línea de meta tan soñada, por la que tanto entrenamos esta vez costó mucho más de lo que esperaba. 
No creo que fuera mi mejor carrera, de hecho el sabor que tengo es agridulce.  
Creo que me equivoqué en la bici y lo pagué en la carrera. 
Creo que me faltó “hambre” para seguir luchando, pero quizás no escuchar las señales de mi cuerpo podría haber tenido otras consecuencias. 
Creo que no supe reinventarme para volver a intentar correr. 
Creo que valgo 1h menos de ese tiempo y no hace justicia a lo que puedo hacer. 
Creo que de cada 10 Iromanes que hagas sólo 1 te saldrá bien, yo sigo buscando el mío. Creo que un Ironman es una locura pero me gusta esta locura. 
Creo que tengo que volver  a quitarme esa espinita y no puedo dejarlo así. 

Si rendirse nunca fue una opción, ahora tampoco lo es, si de algo me siento orgulloso es de haberlo dado todo, de haber seguido aunque las cosas no fueran bien, de no haber ido por el camino fácil, de acabar lo que se empieza… Esto es deporte , a veces se gana y a veces se aprende...a mí en Vitoria 2.017 me tocó a aprender, me toco aprender que RENDIRSE NO ES UNA OPCIÓN.

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