18 de junio de 2018

Ironman Lanzarote'18 ( el video)


IRONMAN LANZAROTE'18 (la crónica)



Nunca dejes de soñar


6:15 a.m. .- Hora punta en el paseo del puerto del Carmen. Todavía es de noche pero 1.800 triatletas y sus familias colapsan el paseo marítimo.
Gente deambulando de un lado a otro para dejar todo preparado para el día por el que tanto has entrenado.


6:45 a.m. .- Últimos momentos en compañía con Clara. Antes de la salida sólo buscas tener alguien al lado, alguien conocido, no necesitas hablar, no necesitas decir nada , sólo sentir su presencia te calma.




Dejo a Clara y me meto a los cajones de salida de la natación. Todavía es de noche aunque empieza a clarear, me pongo en el cajón de 70’. 
Aparece Tolenbauer, con el mismo sentimiento de tener a alguien al lado, se queda conmigo para calmar nervios hasta que queda un minuto para empezar y se va a su cajón de sub60’ que es donde le corresponde.

Y ahí estamos, a las 7 de la mañana de un sábado 26 de Mayo listo para hacer una de las pruebas más duras del mundo, rodeado de 1.800 triatletas con el mismo objetivo , cruzas la meta del puerto del Carmen tras 3,8kms nadando, 180kms en bici y 42kms corriendo.

MEEEEEECC!!!!!! Y comienza la carrera, vamos poco a poco adentrándonos en el agua hasta que comenzamos a nadar.  Agua fría ,limpia y muy azul, poco hueco para nadar. Salgo por el centro un poco al exterior sabiendo que la primera boya a 200m es una locura tomarla por dentro. Hay mucha gente no se puede nadar, simplemente hay que buscarse el hueco para coger ritmo.

Entre golpe y golpe (todo muy noble, no como en otras carreras)  se supera la primera boya, comienza el tramo largo de 800m. A mitad de camino parón , no sé por qué se hace un tapón y pasamos por encima de gente que nada mucho más lento, para volver a coger ritmo.

Punto de giro , vuelta y vuelta y ya encaramos la vuelta a la playa. Este tramo se me hace largo, tengo ganas de llegar a la playa. Tocamos arena , nos ponemos de pie y veo 38’ en el reloj y 2.000m,…. Puff!!! He nadado lento y he hecho más metros, pero me da igual primera vuelta de 2 completa y busco a Clara con la mirada que está ahí lista para darme esos ánimos que hacen falta.

Comenzamos la segunda vuelta ya más tranquilo con la motivación de que es la última. Esta vez nado más cerca de la corchera que tomo como referencia, paso primera boya y vuelvo a coger ritmo, me meto en mis pensamientos y mi ritmo , pero de repente PUM!!! Hostión!! , el nadador de delante me da con el talón y gafas para arriba. Lo primero que pienso es en la lentillas, quito el agua me pongo las gafas y vuelvo a nadar haciendo una comprobación de daño. Todo bien, sigo con las lentillas, uff!! Menos mal. Vuelvo al ritmo de natación para cumplir los 3.800 metros, a mí me saliento 4.000m en un poco menos de 1h19’, algo peor de lo esperado.

Transición larga , cojo bolsa y a la carpa.Espero que otro triatleta se levante y me siento en una tumbona. Hago el ritual con todos los consejos que me había dado.
 Dos botellitas de agua para lavar los pies y no  hacer cola en el cubo de agua, me seco lo pies , calcetines y zapatas de bici para que no entre arena, me seco y me doy crema a tope para la bici,…transición lenta pero con un montón de cosas necesarias para  hacer una buena bici, a veces es mejor perder 1’ en la transición y hacer una bici cómoda.

Salgo de las carpas , cojo la bici y me dispongo a subir al paseo (los boxes estaban en la playa) pero hay un atasco tremendo y nos tenemos que parar porque no entramos todos, sorprendentemente nadie se pone nervioso, nadie grita, nadie empuja, educadamente  vamos pasando como se puede, subimos la cuesta al paseo , traspasmos la línea de montaje y comenzamos a pedalear.

No llevo ni 20 metros y un guiri me avisa de que tengo la bolsa de la herramientas colgando pero me dice que aguanta. Toco la bolsa, veo que no está bien y me paro a colocarla.

Salimos de Puerto del Carmen y empezamos a rodar por la autovia, miro vatios y controlo. La gente me empieza a pasar pero me quedo a mi ritmo, ya me dijeron que esto iba a ocurrir, guiris en cabra a todo trapo en los primeros kms.
Salimos de la autovia y subida a La Geria, subida fuerte en la que sigo con mi ritmo, no es cuestión de darlo todo en los primeros kms (estaba sobre el kms 10), en alguna rampa ya meto todo el desarrollo (34-30) no quería pasarme de vatios en los primeros kms.
Coronamos y bajamos hacia El Golfo, una de las mejores sensaciones del Ironman, vas fresco, cuesta abajo, buena carretera , acoplado,…. Ufff!! Aquí realmente te sientes fuerte. Llegamos a Yaiza y ya vemos a alguno que está dando la vuelta pero nosotros nos metemos hacia los hervideros.
Primera visión del mar, estamos en una punta de la isla y el aire empieza a soplar. Me motiva pensar que el objetivo es llegar a la otra punta de la isla, me gusta el reto. 
Zona de los hervideros para ir acoplado y que el fotógrafo te saque una foto de esas que son para toda la vida y que siempre recuerdas (ver foto). Salimos de los hervideros y primer enfrentamiento con la cruda realidad, aire y más aire de cara, para llegar a Yaiza y subir a Timanfaya.
Esa subida la había hecho en agosto y me pareció durísima pero esta vez llegue a la base de Timanfaya sin mucho esfuerzo. Encaramos la montaña de fuego como la llaman y volvemos a tirar de consejo, plato pequeño cadencia y a no pegarse con el aire.
La Montaña de fuego es una subida que tiene como plataformas y me motivo yendo de plataforma en plataforma, superando una a una y jugando con eso. Corono Timanfaya y ya pienso 2 de 6 cuestas superadas. Bajamos a la entrada del parque natural con una curva abierta pero que se coge mucha velocidad.

Una vez en la base vamos hacia Masdache y a mi ya me sobran los siguiente 120kms, llevamos 60km pero para la poca preparación que he podido hacer este año y el invierno de Madrid a mi ya me sobran kms.
Me motivo y pienso que ahora viene lo bueno, el monumento al Campesino, que allí estará Clara, la recta a Teguise y el gran reto “los miradores”.
Sopla bastante el aire, y aunque llevo bien el tema de comer y beber , el desgaste empieza a llegar. Estoy pendiente de ver a Clara es mi “vitamina especial” para este tramo, la veo tapada con el gorro  y la capucha , vaya viento tiene que hacer!!!.
La saludo y al poco aparece a mi lado con la moto, voy acoplado, con todo el viento el contra debo llevar una cara de tostado que no veas. Así vamos un rato dándome ánimos y entrecortándose la voz por el aire. Le digo que tire a Teguise, no quiero problemas con los jueces.

Empieza la subida de Teguise, empiezo a recordar los consejos y busco al gasolinera de CEPSA que es la referencia. Empiezo a subir veo bajar a los primeros, vaya pasada!!! Veo a Raña dándolo todo cuesta abajo mientras subo Teguise. Empiezo a pensar ya en el kms 90, avituallamiento especial y momento para mi crítico. Si llegaba allí ( que no tenía dudas) la mitad que me quedaba era menos mala que la que llevaba.
La subida al mirador del rio se me hace muy larga, no por la dureza que quitando alguna rampa se puede hacer bien, sino por las ganas de llegar. La rampa dura es la de los molinos de aire, me lo habían contado miles de veces pero era esa la que más dura se me hizo hasta que llegamos al mirador del Rio. Objetivo conseguido!!

Paro y cojo mi bolsa. Llevaba 2 cámaras por si pinchaba, un bote de geles, una botella de agua y un par de sandwichs por si tenía hambre. A lo lejos veo a Canda, me acerco y le doy un abrazo, joder!! Estamos aquí!! Que guay. El sale un poco antes y yo le pego una par de bocados al sandwich de nocilla, relleno bote y baritas , y bajando que hace frío.
Todo el mundo me había hablado de la bajada y de la peligrosidad de ciertas curvas de herradura, pero yo bajé fenomenal!!!
Me cogí de referencia a otro ciclista como a 15-20 metros y me iba trazando las curvas y me daba mucha tranquilidad. En la bajada pasé frío es el único "pero" que le pongo.
Sin darme cuenta ya estoy empezando la subida al mirador del Río. Tenía a Canda como a unos 100 metros y me ayudaba a ver lo que me esperaba. La subida es dura, sobre todo el tramo final, metí mi 34-30 que tenía previsto para las grandes ocasiones y subí sin mucho desgaste viendo una de las vista más bonitas que he visto sobre ruedas. 
Los que íbamos casi ninguno mirábamos al frente, todos mirábamos a nuestra izquierda a la isla de La Graciosa y a esa agua azul turquesa que te dejaba hipnotizado. De repente una voz te saca del pensamiento, un triatleta grita “hay dos cosas que nos vamos a llevar de Lanzarote, la medalla de finisher y esta vista”,… y que verdad dijo.

Coronamos no sin dificultad el mirador del Río , 4 de 6, ya sólo quedaba bajar a nivel del mar (Arrieta) para subir a Teguise y volver a subir casi a La Geria, dos cuestas que ya habíamos subido, terrenos conocido.

La bajada desde el mirador a Arrieta es muy divertida, no arriesgo pero tampoco freno. Buena carretera, nada de coches, una bajada que disfruté mucho y pensaba, ojalá fuera así todo el Ironman , cuesta abajo y sin dar pedales (ahí alcancé el pico de velocidad 72km/h).

Llego a Arrieta y comienza la dura realidad , viento en contra, poca fuerza y cansancio.
Km 120 de la bici y quedan 60km. Ese momento en que llevas mucho y te queda bastante.
Intento meter un par de veces el plato grande pero voy demasiado atrancado, las piernas no fluyen y es mejor volver al plato pequeño. Comienzan los pensamientos negativos.
Me junto con un inglés que me dices que va frito, que no va a correr el maratón. Me pegunta que qué voy a hacer yo, y le digo que yo lo correré, quizás ande pero que no me voy a retirar. Parece que mis palabras le dan ánimo porque al rato veo que se aleja poco a poco con su bici.
En esta parte de la carrera siempre pienso lo mismo,… voy corto de entreno, esto no es para mi, no valgo para tanta bici, el año que viene no hago otro Ironman,…. (Jajaja) pero todos los años lo supero, ¿cómo? Yo tampoco lo sé. 
Subo la cuesta de Teguise con la certeza de que Clara me estará esperando, voy cansado pero voy. Ya hay tramos en los que veo pocos o muy pocos triatleas y eso anima poco.Corono Teguise sabiendo que viene una bajada larga. Comienzo la bajada y veo a Clara, ella en una lado de la carretera y yo en otro. Me paro y mientras hablamos a gritos me dice que tire, le digo que no, que me voy a tomar una barrita con ella y me voy. 30 segundos más tarde nos estamos despidiendo con el último aliento, “no vemos en Puerto del Carmen”.

La bajada al Puerto del Carmen este año trae dos sorpresa, la primera un bucle hasta Famara de ida y vuelta que machaca la cabeza. Llevas 130kms y te llevan en sentido contrario a donde tienes que ir , para luego volver por la misma carretera. Aquí veo muchos ciclista, es cuesta abajo y me acoplo para tener “velocidad gratis”, pero el punto de giro se hace largo ,4 kms que luego habrá que remontar en cuesta arriba.
Paso ese tramo, más duro de cabeza que de patas, se vuelve a la misma carretera de buen asfalto hasta el monumento del campesino. Ya sólo queda la subida hasta Tegoyo que es muy similar a la primera que hicimos. La tengo un poco de respeto porque aunque es la última tiene bastante pendiente. Me digo a mi mismo uno de los múltiples consejos que me dieron, a partir del 160 es todo cuesta abajo, miro el perfil que llevo pegado en el bote y cálculo, este año no son 20, pero 15 kms si pueden ser todo cuesta abajo. Con este número voy subiendo hasta que llego a un pueblo y de repente,… comienzo a bajar!!!, ya está hecho.
Tengo de referencia a 100metros a otro ciclista que me va marcando las curvas, bajo seguro y sin arriesgar, no voy a perder en 15km lo que no he ganado en 165km.

Llegamos a la última rotonda (kms 176) y un voluntario me señala precación y que me vaya por la derecha. Cual es mi sorpresa que una de las multiples chicas que nos hemos adelantado durante la bici está en el suelo siendo atendida por una ambulacia,…puff!! Pienso que podía ser yo perfectamente porque no creo que me sacara más de 5 minutos. Con esa precaución de quien acaba de ver un accidente hago los últimos kms hasta la transición, encaras la recta final y ya ves multitud de corredores, hay más color, más bullicio, más animación y eso te hace salir de la soledad de la bici, dejo la bici tras 8h15' que se hicieron largos, bonitos y duros todo al mismo tiempo.

Llego a la T2 tan tostado como siempre, la bici se me hace muy pesada. Dejo la bici al voluntario y voy a por mi bolsa, me encuentro ya a Clara al lado de la bolsa, me anima y me pregunta,…vaya cara debo de llevar,…después de los maldiciones varias escucho lo que necesitaba oir,..”ahora a correr que es lo que te gusta”.
Transición lenta , cambio calcetines (sólo 1 par , error)  crema, agua, un gel y a correr!!.
Subo la rampa hasta el paseo andando , como el que no quiere ir, veo la alfombrilla del chip y 2 metros antes comienzo a correr, como algo mecánico,sin pensarlo, sin saber lo que me espera,  doy al lap y comienza la última parte.


La carrera de Lanzarote son 3 vueltas, 1 larga (21kms) y dos cortas (10,5kms). La primera vuelta es la del descubrimiento y la sorpresa, todo es nuevo, el bullicio la gente, el ruido y eso me anima. Me pongo el primer objetivo,  voy a hacer la primera vuelta sin andar, tengo que quitarme la espinita de Vitoria’17. Y con ese objetivo comienzo a pasar kms. 
La estrategia de alimentación la marca, en cada avituallamiento se coge agua, uno para la cabeza y otro para beber, cada 5 kms un gel.
Con esa rutina llego al km5 , donde se separa la vuelta corta de la larga,  aquí se separan los de mi vuelta con los que llevan más. Empiezo a ver gente que me ha pasado en bici y me digo, venga a por él, y le paso, veo a otro, venga a por otro, y lo paso, veo a una chica, esta también me ha pasado, pues a por ella, …y así me veo, corriendo el maratón del Ironman adelantando a muchos de los que me dejaron en bici, ganando moral a cada uno que pasaba, llenando el depósito de motivación cada vez que pasaba a alguien y veía que aunque la bici había sido mala, estaba corriendo bien.

Como no todo puede ser bueno, sobre el kms 6-7 noto que me está saliendo una ampolla en el talón derecho, y me acuerdo que este año he decidido ponerme sólo un par de calcetines. Noto que esto va mal,pero si paro va a ser peor así que sigo hasta que me duela algo más y esconda el dolor de la ampolla.
Km10 , llegamos al punto retorno, piso la alfombra y pienso, todos los que me están siguiendo saben que estoy corriendo y me da alegría saber que hay gente siguiendome.  En el kms 12 empiezo a notar que me quedo sin gasolina y me meto otro gel para el cuerpo, no está programado pero eso mejor que el hombre del mazo.Repito operación en el kms 15 y 17, se que he gastado dos geles más pero ya improvisaré algo.
Con ese ritmo trotón y en mis pensamientos completo la primera vuelta, me encuentro bien, me encuentro con fuerza y el ir pasando a gente siempre me motiva. Comienzo la segunda vuelta con la pulsera amarilla puesta, ya sólo me queda recoger la azul. Por alguna razón desde que llevo  la amarilla y comienzo la segunda vuelta sé que la voy a completar, es como si la tuviera. El objetivo es el mismo, completar la vuelta sin andar y se cumple. Esta vuelta se me hace corta, empiezan a doler los cuadriceps, de la ampolla ni me acuerdo, los geles están llegando a su fin y todavía hay gente en el circuito. Con mi ritmo cansino completo la segunda vuelta, con la motivación de que en la próxima entro en meta.  Esta vuelta es más dura, el dolor de cuadriceps ya es fuerte y no dejo de adelantar a gente que anda. Empieza a oscurecer, hace algo más de frío, me sorprende ver a gente que en el avituallamiento especial ha dejado ropa de abrigo porque sabe que se le va hacer de noche y va a pasar frío.
 Hace tiempo que ya le he dejado la gorra y las gafas de solo a Clara, esta vuelta es “sólo” contra el Ironman. Es la más dura, se está jugando la final de la Champions y se oyen gritos, pero en mi mundo eso no importa, en mi mundo estoy completando uno de los Ironmanes más duros del mundo, algo que hace unos años era impensable, superando un año de muchas dificultades, de pocos entrenos, de muchas dudas, de verme más fuera que dentro muchas veces, de entrenar cuando no hay tiempo, de entrenar cuando no hay ganas, de decir “puedo” cuando oigo muchas veces “déjalo”, de luchar hasta el final no importando el resultado, porque acabar es ganar,  de perseguir un reto y conseguirlo, de superar muchos miedos , de salir mil y una veces de la zona de confort, de no rendirse y acabar lo que se empieza,…. Estos y otros pensamientos son los que te llenan la cabeza en el último km de un Ironman, ese km es tuyo, sólo tuyo, luego la meta se comparte se vive y se fotografía, pero ese último km sólo lo disfrutas tú y te das cuenta de todo lo que has hecho para lograr lo que has logrado,…  llegas a la alfombra roja y se desatan los sentimientos hasta que oyes esa voz que dice …”YOU ARE AN IRONMAN”,… y ya van 4 veces... nunca dejes de soñar.








31 de mayo de 2018

Ironman Lanzarote'18 (la previa)


Si alguien dice que algo es Imposible quizás sea para él no para ti.


Lanzarote, Ironman de Lanzarote, solamente pronunciar sus palabras me da respeto.
Lanzarote, catalogado como uno de los Ironmanes más duros del mundo, no sólo por sus 2.500m de desnivel en sus 180kms de bici, sino por sus rugosas carreteras y un aire que castiga a todo aquel que reta a la isla.

Lanzarote, que había sido siempre una carrera a la que no me quería enfrentar, a la que muchas veces me habían dicho de ir pero nunca me sentí preparado, ni quizás esta vez lo estuviera pero tras Vitoria’17 necesitaba un cambio de chip , un nuevo reto, algo que me pusiera las pilas y el Ironman de Lanzarote lo tenía.

El año había sido duro, una dolencia en la rodilla me dejó parado casí todo enero, por trabajo tuve que estar durante febrero, marzo y abril 3 días por semana fuera de casa, por lo que tocaba tirar de motivación y ganas para completar cada día de entreno.  Esta semana más tranquilo paseaba por las calles empedradas de Setúbal  donde he pasado mucho días y pensaba, “¿aquí he preparado un Ironman? , que huevos!!”.
Con un año plagado de dificultades, 3-4 semanas del Ironman tenía la confianza de que lo iba a acabar, tenía la seguridad de que iba a cruzar esa línea de meta. Lo sabía, lo sabía pero no se lo quería decir a nadie, tenía esa certeza y tuve que bajar mi euforía porque aguantar 3-4 semanas en ese pico de motivación me iba a desgastar demasiado.

Hubo dos entrenos que marcaron esa confianza. El primero un día en bici que subí el primer Morcuera del año, yo quería ir paso a paso y subir primero Canencia y la semana siguiente Morcuera, pero Clara me dijo que fuera a por Morcuera directamente. Ese mismo día mensajes con Javi, que si subes Morcuera me voy contigo me dice, y tras un cerro le espero para afrontar el primer Morcuera del año. Ese día hablamos mucho, esas conversaciones que no llegan a ningún lado pero que aportan mucho y así sin darnos cuentas acabamo coronando Morcuera y tomando la decisión que tenía que montar un 11-30 para Lanzarote. Ese día me di cuenta que estaba más fuerte de lo que pensaba.
El segundo entreno fue una tira larga por Setúbal, 1h20 un miércoles de Champions, un miércoles donde me cayó agua como hacía mucho que no me caía, un miércoles que lleno mi confianza a tope porque disfruté y sonreí corriendo como hacía mucho tiempo no lo hacía, cargué pilas , llené los depósitos de confianza y me veía una y otra vez cruzando la línea de meta de Lanzarote.

Con esta previa viajaba a Lanzarote a cumplir un reto, a hacer lo que antes no me atrevía, no a hacer un ironman sino EL IRONMAN, a sumar mi cuarto ironman seguido, a derribar todos los muros y superar todos mis miedos, a quitarme la espina de Vitoria’17, a volver a hacer posible lo que antes era imposible, porque puede que sea imposible para ellos, no para ti.

24 de julio de 2017

IM Vitoria'17

Rendirse no es una opción


Llegaba a Vitoria con los deberes hechos, tras la rotura del pie a finales de diciembre y escayola hasta primeros de Febrero. Había hecho todo lo que el míster me había pedido y aunque para mí lo del pie no era una excusa, sabía que iba corto de entrenos pero por otra parte sabía que lo tenía en las patas. 
Desde dos semanas antes tenía la confianza de que iba a acabar este IM, esa confianza que no se dice pero que se siente, esa seguridad de quien sabe que le costará más o menos pero  que lo va a conseguir y esa motivación del que va a acabar la prueba,…. pero quizás me vino demasiado pronto y no aguanté la motivación esas dos semanas.
Por trabajo tuve que volar a París la semana antes y la semana del Ironman y eso me rompió la concentración. A una prueba de esta tamaño hay que llegar con un poco de “hambre” de competición y quizás a mí me faltó.
Los días previos a la prueba fueron perfectos, Clara y yo llegamos a Vitoria el viernes y tranquilamente nos fuimos a darnos un homenaje al Matxete en Vitoria y gastar en la expo cuando recogimos los dorsales. 
El día previo hicimos una muy buena logística para evitar estar muchas horas de pie el día antes de la carrera, las cenas y comidas las tuvimos muy sincronizadas, tanto que llegaba a la línea de salida  relajado y sin esa chispita que hace falta.

Pero esa chispa se activa en el momento que está rodeado con 1.200 tíos listo para meterse al agua y empezar una de las prueba más duras que se puede hacer. En ese momento soy consciente de donde estoy, donde he llegado y lo mucho que me ha costado llegar hasta aquí. Durante los 5 meses de preparación no tuve nunca ni una duda de que no iba a llegar a estar en esta línea de salida, no estaba en los planes, nunca se me pasó por la cabeza no estar ahí, no pensé no estar ahí y el no tener dudas hizo que no existieran preguntas ni pensamientos negativos.
Entre un pensamiento y otro llega la salida, cuenta atrás y salimos al agua. Más de mil tíos en el agua, con la adrenalina a tope y con ganas de hacerse un hueco en el agua no son la mejor compañía,…. Busco mi hueco, como siempre por el exterior, prefiero hacer algunos metros de más que entrar en una guerra que puede reportarme más golpes que beneficios, más consumo de oxígeno y fuerzas , que ganancia de tiempo,… esto es muy largo y no hay que decidirlo en los primeros 500 m.
Nada más empezar a nadar comienzan los problemas, molestia fuerte en el hombro izquierdo. Por alguna razón que desconozco, llevo un tiempo con el hombro tocado, no sé por qué y no consigo solucionarlo. La semana anterior fui al fisio y la tarde anterior Rafiky me puso un kinesio para sujetar la zona, pero no iba bien.
Nado con molestia, a veces con dolor y los primeros mensajes negativos llegan a la cabeza. Sé lo que es y lo que puedo soportar, así que sigo nadando esperando que se vayan los dolores, que la carrera me quite ese pensamiento negativo con el paso de lo metros. Así es, a la llegada de la primera boya , estoy más pendiente de no llevarme golpes que de otra cosa por lo que el dolor del hombro en un momento dado desaparece para no volver más.
El paso por la primera y segunda boya me reporta un par de bueno golpes, nada que no me saque de la carrera y no me haga más que ratificar mi estrategia, “por fuera y sin golpes”.
Salgo de la primera vuelta de agua (1.900m) y veo 36’ en el crono, todo bajo control y sobre el tiempo esperado. Me da tiempo a saludar a Clara y a la peña keniata que ha venido a verme. Me vuelvo a poner las gafas a por la segunda vuelta.
Esta vuelta es más tranquila, con menos golpes y algo más limpia para poder nadar. El paso por la playa me da fuerza y me hace pensar en otras cosas durante algún tiempo, eso y que es la última vuelta me hace pasar lo metros con otra alegría, sabiendo que es la última vez que pasaré por eso punto.
Salgo del agua sobre 1h14’, segunda vuelta sobre 38’, todo bajo control y según la estimación que hice antes de la carrera.
Llegada a la campa para cambiarse de ropa, un montón de gente, me hago hueco, me cambio a la vez que charlo con los de al lado, me pongo las cosas y a por la bici.
Para mí un Ironman es hacer 180kms en bici, el resto es adicional. Sólo hacer 180kms en bici ya me parece la suficiente burrada como para considerar hacer luego un maratón. Pero, ¿cómo se hace eso?, sin pensar, si piensas …. Pierdes, si por un momento te pones a pensar las distancias que son te entra vértigo y no lo haces, si haces caso a todas las personas que te dicen que es una locura, un imposible, harías como ellos …. no lo intentarías, por eso lo mejor es no pensar y hacer la prueba paso a paso.
Y así comienza mis 180kms en bici, mi gran reto, otra vez a por 6h-7h en bici…y aunque parezca mentira, este año no me aburrí,… me pasaron muchas cosas, pero a diferencia de otras veces no me aburrí, lo cual lo considero un éxito.
La idea era plantear un IM a 170-175vatios normalizados. Sabiendo que la ida a Salvatierra sube, por lo que podrían subir los vatios, y la vuelta a Vitoria en bajada debería bajar.
La parte de Vitoria a Landa, era otra vez subida, pero tenía claro que esa era de plato pequeño y no gastar fuerzas innecesarias.

Las primeras dos horas bajo el plan, 173NP, esto marcha. Como y bebo lo que me toca. Llego a Vitoria con una media espectacular, sé que voy deprisa pero los vatios van bien, Clara me grita que baje el ritmo que voy deprisa,….lo mismo pienso, pero por ahora vamos según lo previsto. A partir del kms 60 me empiezan a sobrar los kms.  Ha estado bien esta vuelta, me lo he pasado bien, pero encarar la subida a Landa me hace pensar lo mucho que me queda. No voy mal ni de ritmo ni ve vatios. Las piernas me responden pero quiero llegar, es de coco. La tercera y cuarta hora es una lucha para no irme de la carrera. Voy bien, pero quiero llegar. 
Quizás el sol, el viento que se ha levantado o la suma de kms hacen que la prueba se endurezca. Los que estamos dentro no nos damos cuenta, pero poco a poco todo va desgastando un poco. 
Un Ironman es una prueba de desgaste, en la que poquito a poquito vas perdiendo las fuerzas hasta que te quedas sin ellas.
Al llegar a la cuarta hora voy con una media por encima de 30km/h y unos vatios normalizados de 168NP,algo impensable, eso me motiva me motiva mucho, pero llevo luchando 2 horas por no irme de la carrera y eso desgasta mucho. 
Necesito parar y en Lubiano, me paro a llenar el bote de agua, sólo por el hecho de bajarme de la bici y estirar las piernas, a los pocos kms esta Vitoria y ya tengo decidido que me voy a para a hablar con Clara 3’.
Llego a Vitoria y está toda la peña keniata junta y me paro a hablar con ellos. Necesito hablar y contar como me va. Me quedan 55kms más o menos , les digo que vayan a Vitoria  que en 2 h llego, nos contamos 4 cosas, nos reímos un poco y tiro para la última parte de la bici.
Esta última vuelta se me hace bola, me cuesta llegar a Landa por última vez, he comido y he bebido bien. Me conozco el recorrido y eso me va motivando, “metas cortas” me digo, y poco a poco voy llegando a los pequeños hitos que me he marcado, y como estrella principal está la cuesta de Maturana, 300m al 10%, que supero con más facilidad de la que me había pensado. Cuando corono, grito”¡¡Toma!!! Ya está “ sé que lo que queda es bajada, rollo pero bajada. 
El último paso por Lubiano se me hace más pestoso todavía, pero ya es el último y de ahí al Buesa Arena son 4kms y luego 3 de callejear por Vitoria.
Miro al crono dos o tres veces y no me lo creo, voy a bajarme a correr por debajo de las 7h30’ de carrera,  hago cálculos y todos son positivos, los vatios normalizados ya han bajado a 158, pero el tiempo es bastante mejor de lo esperado. Llevo 4 horas luchando para no irme de la carrera y lo he conseguido, he vuelto a llegar a Vitoria, he vuelto a hacer 180kms,…. Ostras!! Que bueno!!.
Dejo la bici, no me ha dado tiempo a quitarme las zapas así que me las quito para andar mejor. Este año hay mucha más animación en la bajada de la carpa, se nota que he ido mejor y eso me anima muchísimo.
Llego a la carpa y me siento, “uff!!! Qué bueno”. Voy contento, sé que voy bien y me tomo mi tiempo para cambiar de zapas, ponerme dos calcetines, tomarme un gel y salir a correr.
Y salgo a correr,…. “más despacio de lo que consideres despacio”…esa es la frase que me digo, 3-4 kms a ritmo bajo y luego ya veremos.
Salgo a las calles de Vitoria y es algo espectacular, hay que vivirlo, color, luz, sonido, gente, más gente, más gritos,.. sales y de las calles principales gente en los bares haciéndote pasillo, más gritos más gente,.. y yo allí, me emociono, ya con menos gente bajo ritmo e intento bajar las pulsaciones, llego al primer avituallamiento,  ando para beber tranquilo y emprendo la marcha…. Pero hoy algo no marcha.
Paso por el Parque de la Florida saludo a la peña Keniata, oigo los gritos de Pequis,… pero sé que hoy va a ser el día muy largo.

Medio corro ando por los avituallamientos, tomo gel, tomo coca-cola pero llevo 4 horas en bici luchando por no irme y sólo pensar en otras 4 horas se me hace eterno, hago el paso por la parte de meta otra vez pero sé que hoy no es el día, llevo 11 kms y ya me pesan las piernas, al juntarme con Clara le lanzo el mensaje de lo que iba a ser mi carrera “llego, me va a costar más de lo normal, pero llego”.
Ese mensaje es el preámbulo de una carrera contra todo.  
Empiezan los dolores de estómago que no me permite correr, comienza las negociaciones  corro hasta el siguiente avituallamientos, siguen con las de 1 kms andando 1 corriendo y acaban con las de corro en las bajadas,… el único momento en el que no me permito andar es por el paso de Vitoria (quien va andar con semejante público!! ) , el mensaje al cruzarme con mi gente es el mismo, “me va a costar pero llego”…

Probablemente todo el mundo iría parecido a cómo iba yo, pero en esos momentos sólo te ves a ti, a ti mismo hundido, sin fuerzas, horas y horas de entreno para acabar andando, miles de mensajes negativos sobre tu cabeza. Cuando entrenas un Ironman te ves corriendo, esforzándote , luchando, disfrutando ,con una sonrisa… pero no tan hundido como estás en esos momentos. Pero esos momentos son los que determinan si realmente quieres conseguirlo o abandonar, si quieres luchar o retirarte, si quieres seguir o dejarlo,….y rendirse nunca fue una opción.

Durante esas horas se producen momentos que no se olvidan, a mi gente apoyando en cada vuelta, a Clara corriendo para animarme por todo el recorrido, el abrazo con Carlitos cuando iba en su última vuelta, la conversación con Alberdi intentando tirar de mí, los ánimos de Rafiky para correr con él unos metros, el abrazo con Augusto y Anrock antes de llegar a meta, la foto con Armando, la espera de mi peña Keniata,…. todo vale para llegar, para no rendirse , para no dejarlo,… la verdad es que no había fuerzas para más pero no podía rendirme.
Sobre el kms 36 de la maratón se pone a llover,  a llover fuerte y me empieza a entrar frío,… “su puta madre!! “, y me digo ,” no me jodas, a ver si ahora me va entrar una hipotermia y no voy a poder acabar”.
Esa lluvia se ha llevado a parte de la animación que quedaba, los que quedamos en el circuito ya somos pocos, somos los más débiles de cuerpo pero los más fuertes de mente, somos los que no nos rendimos aunque las cosas vayan mal,…
Hace tiempo se fue el sol, el color, los gritos y parte de la gente pero ahí seguimos persiguiendo esa línea de meta que parece que no llega. La gente te sigue animando, pero son los ánimos de quien se va a casa, se empieza a hacer de noche pero no encienden las luces, el suelo esta mojado y llevamos más de 12h en esto.

Mi cuerpo no dijo basta siguió luchando hasta el final, mi mente nunca se rindió porque rendirse nunca fue una opción,… y tras más 13 horas llegamos a esa línea de meta.


Esa línea de meta tan soñada, por la que tanto entrenamos esta vez costó mucho más de lo que esperaba. 
No creo que fuera mi mejor carrera, de hecho el sabor que tengo es agridulce.  
Creo que me equivoqué en la bici y lo pagué en la carrera. 
Creo que me faltó “hambre” para seguir luchando, pero quizás no escuchar las señales de mi cuerpo podría haber tenido otras consecuencias. 
Creo que no supe reinventarme para volver a intentar correr. 
Creo que valgo 1h menos de ese tiempo y no hace justicia a lo que puedo hacer. 
Creo que de cada 10 Iromanes que hagas sólo 1 te saldrá bien, yo sigo buscando el mío. Creo que un Ironman es una locura pero me gusta esta locura. 
Creo que tengo que volver  a quitarme esa espinita y no puedo dejarlo así. 

Si rendirse nunca fue una opción, ahora tampoco lo es, si de algo me siento orgulloso es de haberlo dado todo, de haber seguido aunque las cosas no fueran bien, de no haber ido por el camino fácil, de acabar lo que se empieza… Esto es deporte , a veces se gana y a veces se aprende...a mí en Vitoria 2.017 me tocó a aprender, me toco aprender que RENDIRSE NO ES UNA OPCIÓN.

31 de mayo de 2017

Challenge Salou- Half '17

Volvemos aunque nunca nos fuimos

29 de diciembre de 2.016, como una tarde cualquiera voy a entrenar al campo de las naciones, tocan cambios de ritmo, pero tras el primer cambio de ritmo se me tuerce el tobillo con un sospechoso ruido seco, “¡¡crock!!”. 
Sé que algo va mal desde el mismo momento que no puedo ponerme de pie. Me siento en el suelo y me digo, “esto te ha pasado más veces, lo importante es que no se quede frío el tobillo”, me levanto, intento andar, intento correr pero no puedo….ya sé que es algo más que una torcedura.
A duras penas llego al coche, ducha rápida y llamada a Clara, vamos al hospital que esto tiene mala pinta.
Los peores pronósticos se hacen realidad, rotura del 5º metacarpiano por dos sitios.  De 4 a 6 semanas con escayola,… a tomar por culo al temporada!!!
Desde el mismo hospital ya estoy haciendo cuentas, cuándo me recuperaré, cuándo volveré a correr, cuándo volveré a… STOP!!! Ahora tu entrenamiento consiste en recuperarte lo antes posibles.

Pasó enero con una escayola pegada al pie, febrero fue el de la ilusión volver a hacer cosas pero marzo fue el choque con la cruda realidad, un mes parado te deja fuera de cualquier estado de “forma” y mi cabeza iba a un ritmo y mi cuerpo a otro. Llegó abril y se empezaron a ver cositas pero mayo fue el mes que realmente me encontré que había vuelto a recuperar mi tono muscular.

Y ahí estaba yo, 5 meses después de romperme el pie, 4 meses de que me quitaran la escayola, en la línea de salida del Half de Salou, dispuesto a darlo todo, dispuesto a disfrutar, dispuesto a demostrarme que podía, dispuesto a convencerme de que estaba preparado.

Llegué a Salou con los deberes hechos, con la confianza de quien sabe que está preparado, con el respeto a la distancia pero con la seguridad de quien ya se ha enfrentado a ella, lo había hecho todo bien, ya era solo cuestión de disfrutar y el mensaje del míster era claro “ sin miedo y a probarse”.

Iba tan concentrado y tan seguro que ni el cambio de recorrido de bici 12 días antes de la prueba me había afectado.  Había escogido el Challenge de Salou por un circuito en bici de 90kms a 1 vuelta, que por permisos se había convertido en 4 vueltas de 21km, y hasta eso me parecía bien.

…y ahí estábamos en la salida del agua a las 9:40, cambio de horario para evitar aglomeraciones en el circuito de la bici, lo que suponía ponerse a correr sobre las 13:30,… y también me parecía bien,… me había quitado el madrugón (la cuarta disciplina triatlética)  a cambio de correr a horas de calor.

Calenté en el agua 10’ ,  mar en calma, agua cristalina, peces nadando a tu alrededor, buena temperatura… nadé un poco y vi que deslizaba bien y me dije … hoy va a ser un gran día.
Vuelvo con Clara y charlamos tranquilos, estaba preparado y sólo había que esperar,…  anuncian nuestra salida y pasamos a la cámara de llamadas.
Las salidas son en grupos de 200 personas, por lo que en el cajón estamos casi en familia, me coloco delante, suena el cañonazo de salida y a nadar!!.
Salgo rápido porque quiero coger pies pero antes de la primera boya los que saben nadar ya han abierto hueco y me encuentro tirando de un grupo sin que nadie me rompa el agua. Llegando a la primera boya veo gente por mi izquierda, al llegar a la boya nos unimos y ya cogeré pies hasta final del agua. Coger pies me mantiene concentrado en coger burbujas y me permite ir en línea recta, sin la línea del fondo de la piscina me oriento fatal, así que delego esa orientación a cambio de comerme un poco de burbujas.
La natación fue muy tranquila al salir en pequeños grupos no hay golpes y el agua estaba muy limpia y calmada. La organización había puesto además de las boyas unos globos grandes y rojos que permitían una muy buena orientación, no hacía falta levantar mucho la cabeza para ver donde estaba la boya, ya que el globo daba muy buena referencia.

Salimos del agua, transición rápida, cogemos la cabra y a dar pedales.
El circuito lo había reconocido el día anterior, por lo que sabía que era de ir acoplado el máximo tiempo posible, con alguna subidita pero de bajar dándolo todo. El circuito era cerrado al tráfico con carriles y arcenes anchos e incluso con 2 carriles y arcén en muchos tramos del recorrido. Tenía una referencia de dar 187w NP para poder bajar a correr con piernas frescas.
Salgo de la transición, primer repecho y veo 223w NP en los primeros 10’ de carrera, en esos momentos me digo, “tranquilo, baja el ritmo, tu objetivo es otro, come y bebe que esto es muy largo”. Así lo hice,  me acoplé y a dar los pedales que tenía que dar.

La bici a 4 vueltas era muy rápida, quitando la primera media vuelta que había gente, el resto lo recuerdo con la gente suficiente para no sentirse sólo pero para poder respetar el drafting toda la carrera. Avituallamiento cada vuelta al salir de una rotonda de agua, con bastante voluntarios. Mucho voluntario y policía en cada cruce de carretera, por lo que no hubo ningún problema. El cambio de circuito no fue tan malo, lo único que 4 vueltas se hace muy aburrido, sobre todo la tercera vuelta pero si algo se puede decir del circuito es que era rápido y seguro (el que ganó hizo una media de 43km/h)
Mi bici bastante buena para mí nivel, bastante igualadas las 4 vueltas y buscando los vatios previsto, que como eran reducir los que llevaba se hizo fácil, acabé muy contento con la bici y de las pocas veces que no me aburro sobre ella en una carrera tan larga.
Tras el sector de ciclismo tocaba correr, correr y disfrutar claro. Era un circuito de 4 vueltas se suponía de 5 kms, pero era más corto (total 18,4kms). Salgo y saludo a mi primo Iñaki y su familia. Me tomo los dos primeros kms de adaptación, tenía claro las claves para correr bien, ir a ritmo y bien hidratado porque el calor empezaba a pegar.

La carrera era por el paseo al más estilo de la canción de Serrat , desde Salou a Cambrils y vuelta. La primera mitad tenía mucha animación, la segunda era de gente que iba y venía  a la playa que con la buena organización y voluntarios pudimos convivir todos durante el día.


Me sentí cómodo al ritmo y pulso que tenía previsto, intenté cambiar un par de veces a ritmo más fuerte pero no era mi ritmo y con el calor que hacía tampoco quería asegurar. Los avituallamientos en vaso me hacían parar a beber pero luego recuperaba el ritmo y a seguir pasando kms…. Y así pasaron los kms  disfrutando del entorno, chocando las manos, hablando con otros corredores (uno me dijo que me seguía pero que no podía hablar a ese ritmo…jeje), 

… hasta la última vuelta donde ya sabes que llegas y disfrutas. Arcos de publicidad, alfombra roja, mucho detalle de franquicia en la entrada y gustándome para salir bien en las fotos y disfrutar de un momento que hace 4 meses era un imposible.


El tiempo es lo de menos, porque la carrera era corta de bici y a pie, pero mis sensaciones muy buenas toda la carrera,  dominando la situación en todo momento y me dan confianza para el gran reto del 9 de julio, que eso será otra historia.
Disfruté más que sufrí (no sufrí nada) y eso es lo que me da confianza para seguir entrenando y sumando día a día.

Ha sido una carrera especial por lo que significa volver a competir, pero sobre todo por la seguridad que llevaba de haber hecho los deberes y tener dominada la carrera en todo momento… volvemos aunque nunca nos fuimos.