Cada mañana una gacela se despierta en África. Esa gacela sabe que debe correr más rápido que el león más veloz o de lo contrario morirá.
Cada mañana en África, se despierta un león. Y sabe que debe correr más rápido que la gacela más lenta, o pasará hambre.
No importa si eres gacela o león, cuando el sol sale será mejor que estés corriendo.
Nacidos para correr
Las semanas pasan y mi mente no deja espacio a la reflexión atlética. Cada mañana, nada más levantarme mi cabeza empieza a funcionar a toda máquina. Creo que es la hora más productiva del día. La casa está en silencio pero en mi mente se suceden innumerables conversaciones, pensamientos, problemas, role-plays con clientes , proveedores, colaboradores, sindicatos, transportistas,.....no hay tiempo que perder, las ideas se me agolpan sin pedir permiso, buscando las soluciones que quizá mi mente reflexionó durante la noche, pero que salen a borbotones por mi cabeza.
La vida laboral, esa que ocupa el tiempo entre entrenamiento y entrenamiento, la que nos permite pagar nuestros caprichos y viajes, ha ocupado gran parte del terreno de mis reflexiones, si pedir permiso, con la necesidad imperiosa de buscar soluciones ante una avalancha de problemas lleva ocupando mi mente más tiempo del que quisiera, pero a veces hay que anteponer las obligaciones a las diversiones.

Quizá ahora no tengo tiempo disfrutar del pre y del post-entreno, pero sigo sonriendo cada vez que empiezo a correr por el parque, o cuando alguien tira con la bici y me encuentro fuerte para seguir su rueda, sigo disfrutando de lo mismo, sigo jugando a esto que llaman triatlon.
